Amor platónico, a un click de distancia

Amiga, gracias por prestarme tu historia para contarla como si fuera mía, gracias por abrir tu corazón frente a un pedazo de pizza deliciosa y una, dos…quizá tres copas de vino. Amiga mía, como quisiera poder cambiarla y ponerle el final que tú quieres, invocar la magia del destino y lograr solo con describirlo que todo el curso cambie y que la tierra se achique y que la enfermedad se sane y que el corazón aguante y que la Fe venza y que Dios también quiera lo que tú quieres…pero no puedo ofrecértelo, yo solo puedo tomar tu historia y contarla con la dignidad sublime con la que me la contaste a mí, mientras a ratos reías y a ratos llorabas.

…Apareciste una noche clara de esas siempre frías pero sin viento, estabas allí en una ventana virtual de las que existen en este siglo extremo que nos tocó vivir, allí estaba tu rostro, tus datos, tu magia esperando, todo a un click de distancia, eras mi sueño encarnado, mi amor platónico, al otro lado del mundo, a un océano, horas de vuelo y muchos euros de distancia, así que pensé que no perdía nada con decirte que encontrarte fue un sueño, un deseo cumplido.

Tomé un traductor y dos diccionarios para ir cambiando de una lengua a otra como poder decirte apenas una frase que te explicara que eres mi amor platónico, que tu nariz apunta hacia lo mejor de mis sueños y que tu mirada parece explicar cómo quiere una mujer como yo ser vista el resto de su vida, un mensaje de menos de diez palabras sin saber si lograba al menos combinarlas en el orden correcto para explicarte que te escapaste de mis sueños de niña cuando creía firmemente que los príncipes azules rescatan de las ventanas .

No tenía más que un teclado lleno de letras y símbolos y la remota esperanza que al menos atendieras mi mensaje y decidieras alegrarte con que aquí, al otro lado del mundo hubiera alguien suspirando por ti… Pero la vida es especialista en sorpresas y cuando volví del trabajo ya estaba un mensaje que cambio todo para siempre.

No importan los contenidos de los mil mensajes que ahora hemos intercambiado, sino las mil facetas de tu mirada que he aprendido a reconocer a través de una pantalla plana y fría que me trae cada noche mi dosis de cálido amor y de ternura, importa la FE que me sigue inspirando a pedirle a Dios por tu vida que ha traído vida a la mía. No importan los detalles de donde estas en el mapa mundi sino importa el espacio que ocupas en mis ilusiones y mis ganas de inventar la tele transportación, importa tu mundo tan distinto al mío y al que me invitas cada día con tus anécdotas y tus bromas.

Ahora que te conozco y que sé que existes, mi amor platónico tiene rostro, tu rostro. Ahora que te he visto sonreír, ahora que te he descubierto no podré volver a ser la misma. Ahora que ya te amo me dices que tu cuerpo tiene tiempo límite, ahora que mi aire huele a ti sin importar los miles de kilometros, ahora... justo ahora los medicos dicen lo que no quiero escuchar. Tu cuerpo que nunca he tocado, tu cuerpo en el que caben todas mis ambiciones, tu cuerpo que baila al otro lado de la cámara solo para hacerme reir...Necesito tu cuerpo para envolver tu alma y mantenerte aquí en mi realidad virtual con esperanzas de realidad real, siempre a un click de distancia...

Ojalá mi amor, pudiera yo decidir sobre la vida, sobre el tiempo y sus recovecos…ojalá mi amor real que todo esto algún día deje de ser tan virtual, dejemos de depender del satélite, de la red, del clima, de los cambios de horas, del celular, en fin, ojalá mi amor virtual que pronto muy pronto seamos un amor sin más etiquetas… Total yo, desde que te conocí creo en lo imposible.

...Amiga mía, a mí como a tí no me queda más que creer contigo, agradecer contigo, reir contigo o llorar contigo según tu corazón lo vaya necesitando. Como quisiera poder cambiarla y poner el final que tú quieres, como quisiera que con tan solo describirla diferente bastara y que Dios quiera y que la medicina quiera y que la FE venza. Por ahora amiga, solo puedo agradecerte por compartirla conmigo y por arriesgarte a que la cuente intentando al menos la dignidad sublime con la que me la contaste a mí, a ratos riendo, a ratos llorando...pero siempre creyendo que la felicidad y el amor verdadero está tan solo a un click de distancia.