miércoles, 19 de enero de 2011

Dolor rojo, rojo sangre...

La Rociíto entró a la reunión de curso caminando con el ritmo magnífico que otorga hamaquear una barriga redonda y gigante como la que lucía desde hace algunas semanas que se le empezó a notar como si una enorme sandía y no un bebé fuera lo que estaba creciendo en su interior.

Luci la vio entrar y como todas allí suspiró, yo que siempre tengo el mal hábito de observar, me fije en sus lágrimas reprimidas y en su repentina ida al baño demasiado disimulada para alguien tan bullicioso como ella…cinco minutos después seguí sus pasos porque mi intuición ya me estaba diciendo que aquello ameritaba una chequeada rápida.

Entre sigilosa para no interrumpir, Luci estaba sentada sobre el inodoro cerrado llorando sin recato y sin prevenir mi indeseable visita. –Ya sé cómo te sentís- le dije sin esperar respuesta-es un dolor en el alma que tiene un color rojo sangre, el mismo rojo y la misma sangre que cada mes sin tregua y sin consideración alguna te recuerda que de nuevo no pasó nada, que tu vientre sirve para dar sangre una vez al mes y para dar dolor todas las veces que ves un nuevo bebe que no es tuyo. Me hinque y le sobaba el pelo mientras ella intentaba sollozar y solo conseguía empeorar el llanto.

Llora, llora sin pena porque yo conozco el sentimiento, porque también como tú me pase noches sin dormir mientras pasaba como en una montaña rusa acelerada de la negociación con Dios, a la rabia y de allí a la impotencia desesperada. Llora porque entiendo lo que es desbordar la ternura en un niño ajeno, sonreírle a escondidas de la madre en un supermercado, pasar frente a una tienda de ropa y entretener la mirada en hermosos vestidos rosados llenos de vuelos que jamás estarán en tu closet…llora corazón, porque yo también quiero llorar contigo, porque cada noticia de un adelanto médico en el tema de fertilidad me duele en el alma y en el bolsillo, porque sin poder detenerlo, el reloj biológico sigue su curso sin ninguna consideración al anhelo, al dolor, al sueño, a la esperanza mil veces rota y diez mil veces renovada de ser madre, de ver tus ojos en tu propia hija, de encontrarte en un ser humano chiquitito a quién amar así irremediablemente como se aman los hijos aún cuando jamás se han visto, no digamos cuando ya forman parte de tu cotidiana convivencia.

Luci hizo una breve pausa y se levantó de su improvisado reclinatorio y viéndome con sus ojitos hinchados pero anhelantes siguió conmigo diciendo – porqué a mí, que hice malo, que pasó en el cielo que no me pueden confiar un angelito, será esto una consecuencia de mis decisiones, que fue eso tan malo que hice que no lo puedo entender, será una casualidad de esas incomprensibles o será una maldición remota de la que no puedo escapar???? Y peor aún, no importa, no importa la causa porque jamás la sabré, siguen haciendo exámenes y siguen contestando lo mismo, no pasa nada, pero nada sigue pasando, todo está bien, pero lo bueno nunca pasa.

Intento cada día de mi vida no pensar en esto, dicen que lo peor es estar obsesionada, dicen que me coma una tonelada de alimentos verdes, dicen que mariscos, dicen que con las piernas para arriba, dicen que en el mar, dicen que masajes relajantes, dicen que aguacate, dicen que pastillas de hormonas, dicen que métodos modernos y artificiales, dicen de todo y nada funciona!! Porque a las que no quieren les pasa, porque a las que matan, porque a las que maltratan, porque a las que abandonan, porque a las que no tienen pareja, porque a mí!!! Porque a mí no!!!!

Seque sus lágrimas muchas veces y muchas otras las lágrimas tercas volvieron a salir, ni siquiera pude contestar ninguna de sus preguntas porque no tienen respuesta, solo podía escucharla, respetar su momento y seguir allí para ella. Después de unos minutos muy cortos, se lavo la cara y retocó su maquillaje casi logrando la magia de parecer como recién salida del salón de belleza, ninguna palabra más hasta que quedó completamente presentable y con una pequeña luz de esperanza en los ojos me dijo completamente entera - la esperanza comienza cada día 14 del ciclo y termina el día uno de cada período, en teoría, pero mi esperanza es siempre este amor y este instinto maternal tan grande que Dios mismo puso dentro de mí y que el Dios que yo conozco a pesar de no hacer las cosas como yo quisiera, pues siempre las hace bien hechas y jamás desperdicia un recurso tan valioso como el amor, gracias por ayudarme a sentirme mejor- me mandó desde la puerta una hermosa y completamente dulce sonrisa de amiga y siguió hasta el salón con un paso firme que me dejó muda.

Necesite un par de segundos para recobrar mi aliento y agradecer el par de milagros que ahora duermen bajo mi techo, yo también tuve que secar mis propias lágrimas y maquillarme una sonrisa presentable, entré a ese baño pensando en consolar y salí consolada, confrontada, animada y confiada de que aun más que un hermano es un buen amigo en tiempo de pena

1 comentario:

  1. Amiga hoy si tocaste una tecla que abre una herida profunda en el corazoncito mio, pero me consuela y me edifica la actitud de confianza en Dios de esta chava porq a veces se suele perder. Se que todo tiene su momento ni antes ni despues asi q yo esperare confiando q el sabe lo q es mejor para mi. Ademas es maravilloso ver que los amigos siguen siendo hermanos que viven en otras casas y que nos dan su apoyo, su amor y todo lo mejor siempre de manera incondicional.

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